El hotel había iniciado su actividad en 1907, junto a la fundación del pueblo, y en 1936 lo toma en posesión, en calidad de propietario, Recaredo Álvarez.
Recaredo Álvarez había nacido en un pueblito de la provincia de León (España) en 1890 y como tantos jóvenes dejó su tierra natal en procura de alcanzar nuevos objetivos en su vida. Es así que, pasando por Luan Toro donde inició el oficio de la hotelería, en la época de los años ´30 llegó con su familia a Realicó. Ellos traían el oficio aprendido. Primero, atendieron el “Marconi” y luego el “Hotel Victoria” y por 40 años Realicó fue
el lugar elegido como el destino para el desarrollo de su profesión.
De la Estación del Ferrocarril al Hotel había un corto trayecto. Allí los viajantes encontraban alojamiento o simplemente un espacio para refrescarse y continuar viaje; era un paso obligado que tenía el sello de la presencia de Recaredo y su familia, anfitriones de una profunda calidez humana, que hacían sentir como en familia a quienes circunstancialmente llegaban al pueblo. Eso fue lo que distinguió al “Hotel Victoria”: fue una gran familia. De esta manera “Los Álvarez” eran la imagen del buen
servicio.
Viajantes de todos lados hacían sus recorridos por los pueblos pero el punto de encuentro era el Hotel Victoria. Allí en su salón comedor, con piso de madera crujiente y olor a pisoleo, sucedieron banquetes de casamientos, cumpleaños, Fiestas del Trigo, encuentros políticos y de la Sociedad Rural. Folcloristas, orquestas de tango y magos presentaban allí sus shows, luego de actuar en el Club Sportivo, a horas muy avanzadas de la noche.
Las habitaciones frías, alineadas una con otra, sin ventanas ni baño privado, daban a una galería de techo de chapas. Allí, con el lujo de la cordialidad, amistad, hospitalidad, honestidad y honorabilidad, vivían Recaredo y su familia, dueños de un edificio lleno de historias. Su demolición fue a mediados de la década del ´80.
Fuente: María Graciela Álvarez. 2007. “Hotel cinco estrellas” en Centenario de Realicó. Cien años, cien historias. Ediciones Pintaguá.
HOTEL VICTORIA
Pinceladas naranjas de ladrillos
que en póstumas hileras se perfilan
ven las picas de acero que mutilan
con locura feroz de mil cuchillos
los techos, las paredes, los altillos,
y en neblina de tul en mí desfilan
mil rostros afamados que rutilan
entre un rumor de voces y de grillos
ese pasado azul que aún perdura.
Dónde estará ese amado personaje
con su bastón y su impecable traje
con su castizo hablar, su galanura.
El Recaredo aquél de la ternura…
A él y a Hotel Victoria, mi homenaje!
Carlos Rodrigo, 26 de diciembre de 1989.
(VIDEOS 2003 YOUTUBE)